El tamaño del lienzo es un factor importante a la hora de pintar un cuadro. Algo similar a lo que ocurre con el formato cuando vamos a realizar una fotografía. El Guernica no sería lo que es si no midiera la friolerasiete metros de largo. Resulta difícil imaginarse lo grande que es la obra hasta que te pones por primera vez delante del cuadro. Ocurre totalmente lo contrario con La Gioconda. Seguro que siempre lo habías imaginado mucho más grande de lo que realmente ocupa en el Louvre.
Para la pintora iraní Golsa Golchini, una pincelada es más que suficiente para realizar su obra. Utilizando la técnica del impasto, que consiste en colocar sobre el lienzo una capa muy gruesa de pintura, realiza olas, nieve y todo tipo de texturas. Los pequeños protagonistas de sus obras, nadadores, esquiadores y surfistas están diseñados digitalmente y transferidos al lienzo posteriormente. ¿El resultado? Una pequeña escena tridimensional con mucho movimiento, relieve, textura y unos colores vivos que transmiten una frescura y una naturalidad que nos permiten sumergirnos en las imágenes.
«Mis obras de arte son mi forma de comunicarme con el observador acerca de acciones de la viada cotidiana que todos tenemos en común. Cosas que hacemos, objetos que usamos y emociones que sentimos. Todas estas acciones están representadas en mis pinturas de forma muy simple. Casi tan simples como el cartón en el que están plasmadas», dice Golchini.
«Aunque mis obras de arte son simples, suelo mostrar situaciones que suponen un desafío. Los pequeños atletas que recorren mis obras viajan a lo largo de las gotas de pintura y producen la sensación de lograr algo en uno mismo», concluye la autora.
Las obras de Golsa Golchino están a la venta en la galería de arte Return on Art. No obstante, si te apetece simplemente ver sus mejores creaciones, puedes ver su página en Saatchi Art o simplemente visitar su perfil de Instagram.